KINBALL: un deporte nacido para la coeducación

Un profesor de Educación Física de Canadá quiso en 1986 promover un deporte con el que chicos y chicas participasen conjuntamente sin diferencias en el dominio del balón, como ocurría en los deportes tradicionales. Para ello utilizó un balón de 1.22 metros de diámetro (con el que nadie pudiera estar familiarizado) y puso a tres equipos mixtos a competir conjuntamente en una pista; nacía el KIN-BALL. Apenas quince años después, este deporte tenía federaciones en cuatro continentes y se introducía en España.

Para jugar al Kin-Ball lo esencial es contar con tres equipos mixtos de cuatro jugadores/as, un balón de 1,22 metros de diámetro y una sala cubierta de 20 por 20 metros. Al grito de Omnikin y el color del equipo que se desea atacar, se pondrá en juego el balón por todas /os las/os jugadoras/es del equipo.

¿Por qué se dice que el kinball se hizo para educar y coeducar? Tiene varios valores como los siguientes:

• Favorece la cooperación, el respeto y el juego limpio, exigiendo un verdadero trabajo en equipo que elimina el individualismo y fomenta la cohesión grupal. Todas/os las/os jugadoras/es del equipo son necesarias/os en cada jugada.
  
• Facilita la eliminación de estereotipos y actitudes existentes en otros deportes más conocidos.
  
• Promueve la igualdad de género al participar obligatoriamente en el mismo equipo chicos y chicas.
• Facilita rápidamente situaciones de éxito y disfrute.
• Promueve la integración de los/as menos capacitados/as.
• Potencia los valores del juego limpio y respeto, siendo puntuados favorablemente.
• Promueve la salud y un estilo de vida activo con un deporte original tanto en su desarrollo como en el material empleado

Las/os alumnas/os de 4º de ESO ya están probando este deporte... ¿quién se anima?